Esta obra de la artista Montero, se encuentra ligada a dos corrientes estéticas: la naif o ingenua, que renuncia al oficio académico con el fin exaltar la originalidad y pureza creativa; y la influencia expresionista, en donde la deformación de los cánones anatómicos unidos a la potencia expresiva del color, constituyen una pintura de fuerte vigor visual.
En este caso apreciamos a una mujer vestida de novia, que se protege con un quitasol o paraguas justo antes de entrar a la iglesia. La escena es desolada, sin más presencia que la de la mujer y dos animales que se visualizan en el fondo, lo que le otorga cierta ambigüedad a la atmósfera del cuadro, a la vez que centra toda la importancia de la pintura en su sencillez compositiva y en la libre y creativa fuerza cromática., en donde predominan los rojos, azules, verdes y blancos.
Año de publicación: 2000