Esta obra se encuentra cercana a la corriente Neoexpresionista, sobre todo por su energía y sensualidad pictórica y su particular interpretación de la realidad, mientras que por otro lado exhibe una cierta cercanía al arte naif, que se manifiesta en la búsqueda de la pureza artística y vitalidad expresiva, muchas veces fuera de los estrictos marcos del arte académico.
En “Horizontes de cristal” se observa un alegre e intenso paisaje, con dos árboles oscuros en un primer plano, que soportan la presencia de tres aves de intensos colores rojos y azules, que se erigen como los protagonistas y testigos principales de esta escena. En un segundo plano, y observada por las aves, se aprecia la presencia de una enorme botella de cerveza cristal que se posa sobre una especie de acantilado de color verde y que permite observar el resto del fecundo paisaje de cerros verdes y una cordillera nevada que se ve en el plano de fondo. El cuadro parece irradiar una energía libre y sensual, una verdadera apología a lo apacible de la naturaleza, todo lo cual se logra pictóricamente con la vehemente personalidad creativa del artista y con el uso de una sólida composición pictórica y un vistoso vigor cromático.
Año de publicación: 1993

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