Este cuadro podría ser la versión visual de lo que en literatura se llama Realismo Mágico.
Aquí, el autor presenta tres personajes tratados en diferentes gamas cromáticas, que se sitúan en un espacio donde coexisten los clásicos templos griegos con objetos del mundo contemporáneo como el auto rojo. Estos símbolos incorporan al lienzo diversos significados, otorgándole una evidente atmósfera fantástica y surrealista.
Otro aspecto a destacar es el dibujo intencionadamente ingenuo que se ve en el tratamiento desproporcionado de la figura humana.
Finalmente se observan contrastes de color, luz y sombra, todos factores que establecen una cierta tensión visual, sosteniendo al mismo tiempo la temática de la tela.
Año de publicación: 1995
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