Esta obra presenta una ambientación casi escenográfica, donde objetos simples –mesa, mantel y plato con frutas- adquieren una fuerte e inusual presencia protagónica, otorgándole a la pintura una atmósfera onírica y atemporal. Plásticamente, la composición está estructurada por dos espacios separados por una especie de biombo. Uno se revela concreto y evidente, mientras el otro queda a merced de la imaginación del observador.
Sobresale el tratamiento que la autora da a la perspectiva, específicamente en la deformación intencional de la posición del plato, provocando una tensión visual que refuerza el protagonismo de los elementos cotidianos. El uso de tonalidades cálidas como los amarillos y anaranjados se equilibran con el carácter frío de los azules y verdes, presentes en las sombras. El tema pictórico se resuelve de dos maneras: una material, presente en el biombo y las sombras, y la otra más etérea, presente en el mantel.
Año de publicación: 1996

OTRAS OBRAS

Compartir