Dos son las influencias que se aprecian claramente en la obra de Guillermo Lorca. Por un lado es evidente su adscripción a la estética hiperrealista, cuyo objetivo es la reproducción de  la realidad con mayor fidelidad y objetividad que la fotografía. Mientras que por otro lado, es posible observar también en la obra del artista, cierta cercanía con la pintura informalista, observable sobre todo el tratamiento libre y gestual de los fondos.
En términos temáticos, “12” aborda el retrato de dos jóvenes niñas adolescentes  que posan con la naturalidad y soltura propia de su edad.  Como un Balthus contemporáneo, Lorca creas estas escenas mínimas y algo distantes, en donde el inocente impudor propio de las adolescentes, transforma al espectador en un inopinado voyeur que irrumpe silenciosamente en el íntimo mundo de  estas “nínfulas” modernas.
Finalmente, es importante destacar el gran virtuosismo técnico del que hace gala el pintor  y que lo acerca al trabajo de destacados artistas nacionales como Claudio Bravo o Guillermo Muñoz Vera. El uso de tonalidades cromáticas frías es predominante en este cuadro, mientras que la soltura y “chorreo” del óleo en el tratamiento gestual de los fondos sirve como un interesante contrapunto al  trabajo casi fotográfico de la luz y de los personajes.
Año de publicación: 2006
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