La presente obra formó parte de una exposición realizada por la artista en la India durante el año 2004. En ella aborda el tema de la mirada de los habitantes de este país que tanto llamaron su atención, por medio del estudio profundo y la investigación de la expresión de los ojos.
Las diferentes miradas retratadas por Tatiana se ubican dentro de un río de esperanza que fluye en un constante movimiento, y que es adornado por diferentes texturas, colores tierras y colores típicos usados en las vestimentas de los habitantes de ese país, como por ejemplo el dorado utilizado por su riqueza cromática más que por su valor material y los retazos de Zarhi, tela típica de las vestimentas femeninas de la India.
Constante de esta artista es abordar en sus obras las civilizaciones milenarias e incluso regirse por sus patrones estéticos. En este mismo sentido, la obra quiere representar el mundo fascinante de esta cultura, de una vida cotidiana repleta de silencio y estados meditativos, reflejados en el agua.
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